Cualquier recuerdo del pasado es ahora. Pensamos en el futuro, ahora.
Nadie puede vivir en el pasado. Nadie puede vivir en el futuro.
Esta cualidad viviente, esta inmediatez que somos, sustenta la duración del tiempo.
La verdad del tiempo es la atemporalidad. De lo atemporal brotan los segundos, los días, los años...
Antes de que el tiempo entre en juego, ya estamos presentes. Nosotros creamos el tiempo. Los segundos, los minutos, las horas, los días surgen, se mueven, se hacen evidentes bajo la luz de la Consciencia. Y esa luz no se mueve. No opina sobre lo que alumbra. Nada le afecta.
Somos Pura Consciencia observando el tiempo. Somos más allá del tiempo.
De todas formas resulta bastante útil consultar el reloj si no queremos perder el autobús.
"...el tiempo te lo estás inventando tú ahora… Lo llevas contigo en cada pensamiento."
Juan Carlos Savater de su libro "Certeza de ser".
"Jamás nace, jamás muere. Está en la eternidad: existe por siempre. Ingenerado y eterno, más allá del tiempo pasado o venidero, no sucumbe cuando el cuerpo perece."
Bhagavad Gita
