Constatar
Constata que siempre eres. Eres sin esfuerzo. Todo, absolutamente todo, está siempre "dentro" de Eso, de ese innegable conocer que eres. Eso es por sí mismo. Es simple consciencia, sin conceptos. Constata, constata y vuelve a constatar.
Los estados meditativos, los enamoramientos, las facturas, el despertador por la mañana, los pensamientos de lo que "tienes" que hacer hoy en le trabajo, los goles de tu equipo, la tapa del vermut, el informativo de la t.v., el móvil sonando, la bronca con la pareja, el beso con la pareja...la vida. Darse cuenta, constatar que "tu vida" surge y desaparece en esa evidencia de saber que eres y que esta presencia consciente permanece intacta, este darse cuenta, como digo, ya tiene la profundidad que tiene que tener. Detente y observa esta consciencia cotidiana. Nunca cambia. Pero date cuenta que nada puede quedar fuera de Ella. Tómate tiempo y saborea su sutileza y la conmovedora inmensidad que siempre es, que siempre eres. No pases de largo.
Apreciar
No intentes "agarrar" la pura consciencia que eres. No vas a poder. Comprueba que cualquier intento de conceptualizar Eso que siempre eres es imposible. Abandona la caza. Guarda tu escopeta de buscador. Y simplemente aprecia lo que siempre está ahí. No sigas buscando más y más cosas nuevas. No te creas a los embusteros que te digan que hay algo más que esta consciencia cotidiana. Ten aprecio por Ella, por esa alegría y bienestar que sin motivo la llenan. Nada más.