Nunca podemos decir: "yo no soy". De eso estamos todos seguros. Somos y sabemos que somos. No hace fata que se lo preguntemos a nadie. Tenemos la evidencia de ser. Es un conocer inmediato e intuitivo.
A través de esta certeza que todos tenemos, de esta innegable presencia de ser, podemos llegar a intuir, sí, sólo intuir, nuestra verdadera naturaleza, la Pura Consciencia que somos. Pura Consciencia sin Esfuerzo ni Elección.
Es innombrable. Pero es innegable. Eres, eres y eres. Siempre.
Justo antes de dormirte, no le dices a tu compañero/a : "Los sueños de esta noche los va a tener el vecino, no van a ser míos". Esta Pura Consciencia que somos iluminará "tus" sueños. Los hará reales. A lo mejor por la mañana te ríes de las locuras que "acontecieron". Pero mientras soñabas eran tan "reales" como el café que tomas esa mañana. Y desde luego no dudas de que han sido tuyos. Te acomodaste en la cama y fuiste testigo de ellos, incluso si aparecías tú de alguna forma.
¿Y en el sueño profundo, sueño sin sueños?. Cuando te despiertas no le dices a tu compañero/a (o a ti mismo) " Buff, ¡qué profundamente ha dormido el vecino!, ¡cómo ha descansado!". No dudas de que, de alguna forma, has estado tú. No había sueños, no había "nada", pero de alguna forma estabas. Y lo sabes tú por tu propia experiencia, a parte de que después te lo confirmen otras personas.
Investiga este sustrato que siempre está, que siempre es. Obsérvalo. Es sutil, pero es innegablemente tú. Esa es la realidad, y eso eres tú. Comprueba si es verdad o no.